¿En qué consisten los fondos de cobertura?

Las inversiones forman parte de los productos financieros indispensables para quienes quieren ahorrar o generar beneficios económicos. El asunto está en que hay varios tipos de inversiones, con sus diferentes riesgos y beneficios. Por supuesto, las inversiones que suelen dar mayores ganancias son aquellas más venturosas; y entre las que más están los fondos de cobertura.

Un fondo de cobertura, o también llamado fondo de inversión libre y fondo de alto riesgo, es un préstamo de fondos o títulos por parte del inversor hacia un inversionista, una sociedad o un banco de inversiones. El objetivo es hacer movimientos que generen ganancias muy superiores a la media, gracias al uso de estrategias de inversión sofisticadas y de muy alto riesgo.

Hay que destacar que este tipo de fondos no se rige por las regulaciones legales que sí lo hacen los fondos tradicionales; sino que tiene las limitaciones que se establezcan en su propio reglamento. Esto da mayor incertidumbre para los inversores, pero al mismo tiempo mayor margen de opciones y maniobras financieras para los inversionistas. La flexibilidad es tal que se puede trabajar con activos que van desde acciones y bonos, hasta materias primas o activos líquidos, por solo mencionar algunos ejemplos.

Estrategias de inversión de fondos de cobertura

Lo que define a las estrategias de inversión de este tipo de fondos es el riesgo, pero son variadas:

  • Estrategia long/short: comprar archivos que se estima que subirá el precio y vender los que se estima que van a bajar. Se suele hacer con activos volátiles que cambien bruscamente el valor para obtener beneficios de la compra/venta.
  • Apalancamiento: se emplea una deuda para aumentar el potencial retorno de una inversión. Esta estrategia aumenta virtualmente el capital y los posibles beneficios en consecuencia, pero implica un aumento considerable del riesgo.
  • Arbitraje: consiste en aprovechar la oportunidad de comprar un activo a un precio en un mercado y venderlo en otro a un precio más alto. Se estudian distintos mercados para aprovechar las ineficiencias que pueda haber para comprar barato y vender caro.

Independientemente del tipo de estrategia que el inversionista vaya a seguir, debe ser especialista en el campo para conocer bien los activos con los que va a comerciar y los mercados en los que operará. Se requieren de niveles de experiencia y de conocimiento bastante elevados para disminuir el riesgo.

Requerimientos para participar en fondos de cobertura

Como ya habrás podido deducir, no todas las personas están preparadas financieramente para destinar su dinero a estos fondos de inversión. Estas son algunas de las limitantes a tener en cuenta:

  • Inversión mínima muy elevada: esto puede ser desde los 50.000 euros en adelante, por lo que solo quienes tienen un capital medianamente grande pueden invertirlo, y preferiblemente que no sea todo a causa del alto riesgo y la falta de diversificación.
  • Posible falta de liquidez por parte de los inversionistas: a causa de la naturaleza de las inversiones y mercados en los que se participa, no siempre hay disponibilidad de liquidez en caso de que los clientes se quieran retirar y recuperar su dinero inmediatamente.
  • Riesgos muy altos: si bien los beneficios de estas inversiones pueden ser muy grandes, las posibilidades de ganancia son muy volátiles. Si a esto se le suma las grandes cantidades de dinero a invertir, hay muchas probabilidades de tener pérdidas realmente significativas.

Si son tan riesgosos, ¿por qué invertir en estos fondos?

Como ya se ha expuesto antes, los beneficios de estos fondos de inversión son bastante lucrativos e interesantes a nivel financiero porque permiten acceder a estrategias mucho más complejas que otros tipos de fondo. No es de extrañar que quienes tengan capital suficiente los vean atractivos. Sin embargo, es imprescindible que los interesados entiendan muy bien en qué consisten estas inversiones y los riesgos que conllevan, al mismo tiempo que es imperante una mente fría que no se deje llevar por las emociones (ni la expectativa ni el desespero) al momento de movilizar el capital; las decisiones deben estar basadas en análisis previos.