¿Qué consecuencias tiene el descubierto bancario?

Cuando una persona tiene saldo negativo en su cuenta corriente se dice que está en “números rojos”. Pues bien, a esta situación técnicamente se le denomina descubierto bancario o descubierto en cuenta, y sus consecuencias son muy perjudiciales para tu bolsillo. Por ello, es imprescindible saber qué es, cuándo se aplica y hasta qué punto puede afectar a tu economía personal.


Los descubiertos en cuenta corriente, indica el Banco de España, “se producen cuando usted realiza una retirada de dinero sin que haya saldo suficiente y la entidad le adelanta los fondos necesarios”. Dicho en otras palabras, es un pequeño préstamo que el banco te ofrece para poder afrontar el pago de una domiciliación, de una compra habitual o de un gasto elevado y/o extraordinario.

Un préstamo, eso sí, que si no se paga a tiempo puede salirte muy caro, puesto que al incurrir en un descubierto te enfrentas a diferentes gastos, comisiones e intereses. Por regla general, los bancos tardan una media de cuatro días en cobrarte una comisión aplicada al saldo que tienes en negativo desde que se produce el descubierto. Y, aunque cada banco tiene sus propios intereses estipulados, el coste del descubierto tiene un tope establecido por el Banco de España: en ningún caso puede sobrepasar 2,5 veces el interés legal que tiene el dinero en el momento del descubierto (en 2016 -último año registrado- dicho interés se situó en un 3%, por lo que el coste total no puede superar en ningún caso el 7,5% TAE).

Sin embargo, los bancos también suelen aplicar una comisión de reclamación por posición deudora que ronda desde los 15€ (Selfbank) hasta los 39€ (Banesto). ¿Esto qué quiere decir? Sencillamente, que la entidad bancaria te cobra una media de 29€ por comunicarte que te encuentras en situación de descubierto.

que esconde el descubierto bancario

Por ello, para evitar el perjuicio que de por sí provoca estar en números rojos, hay una serie de acciones y consejos a seguir para no reincidir en esta situación:

Controla periódicamente el saldo de tu cuenta, sobre todo a final de mes. No es necesario que acudas a la sucursal de tu banco o al cajero, puesto que en casa, o desde cualquier dispositivo, puedes ver tu saldo en unos minutos a través de la banca online.

Mantén siempre un saldo mínimo que cubra posibles recibos o cargos de última hora.

Conoce tus gastos. Es de vital importancia conocer todos los recibos, domiciliaciones y gastos que tienes habitualmente; cuándo suelen cargarlos a tu cuenta y qué cantidad de dinero generan normalmente.

En el caso de que, aun siguiendo estas recomendaciones no puedas evitar entrar en descubierto bancario, lo mejor es que negocies con el banco o entidad financiera una serie de líneas rojas como que el cargo mensual de la tarjeta se aplique a una fecha posterior al recibo de la nómina o que no cargue ciertos gastos y domiciliaciones cuando no haya fondos en la cuenta.

Todo ello porque, además de la repercusión económica que ocasiona el descubierto, el hecho de estar de forma continua en números rojos puede ocasionarte un mal historial crediticio, lo que dificultará tu acceso al crédito y seguramente jugará en tu contra en futuras gestiones bancarias.