Seguros de protección de pago, ventajas y desventajas

Los seguros de protección de pagos son bastante desconocidos en general, aunque sean casi necesarios para cualquier persona que tenga experiencias recurrentes con créditos, préstamos personales o la hipoteca. Tener que pagar la hipoteca mes a mes ya es motivo suficiente para adquirir uno de estos seguros, que evitarán caer ante situaciones de impago y sus correspondientes consecuencias.

El impago de una deuda afecta tanto al cliente como al deudor, por lo que este tipo de seguros benefician a ambas partes, incluso si se trata de préstamos personales. Se encarga de pagar las cuotas de una deuda. Así, el prestamista también se verá beneficiado por estos servicios.

¿Cómo funcionan los seguros de protección de pago?

Respecto al pago de las cuotas del deudor, la aseguradora cubrirá el monto de varias formas posibles. Esto es importante saberlo porque no se trata de una solución definitiva a los impagos.

En primer lugar, solo se cubre una deuda a la vez, por lo que no será útil para quien tiene problemas para pagar varias al mismo tiempo. Es importante que, incluso si se trata de préstamos personales, antes de endeudarse hay que hacer una evaluación financiera muy estricta.

En segundo lugar, el abono a la deuda será cada 30 días por parte de la aseguradora. Y puede que lo siga haciendo hasta finalizada la deuda o que sea por un periodo de tiempo determinado.

Por último, no siempre se cubrirá el monto total de la cuota. Habrá ocasiones en los que la cobertura será parcial. Dependerá de la aseguradora y la deuda que se va a pagar.

¿Bajo qué condiciones se puede solicitar un seguro de protección de pago?

Al no ser un tipo de seguro obligatorio con la adquisición de una deuda, el cliente (el deudor) deberá contratar este servicio por su cuenta. La aseguradora hará una evaluación de la situación particular del cliente, considerando su estado laboral e ingresos. En función de esto, asegurará el monto y bajo qué circunstancias podrá intervenir.

El monto que cubrirá la aseguradora va a depender de la póliza. También hay que tener en cuenta que lo más común es que el seguro se pueda utilizar en caso de desempleo o de incapacidad temporal. No funciona en ambas situaciones a la vez. Es posible encontrar alguna aseguradora que cubra las cuotas en caso de fallecimiento, aunque es menos frecuente.

En el caso del desempleo, por lo general no se cubre a quien se haya dado de baja de forma voluntaria o que tenga un historial de despidos o que no esté habilitado para percibir el paro. La aseguradora puede exigir un contrato de trabajo por al menos 6 meses para garantizar la cobertura hacia el cliente.

Recomendaciones

Antes de tomar la decisión de contratar a una aseguradora en específico, es esencial conocer la póliza y las condiciones en las que se podrá aplicar. Es preferible contactar con varias empresas que ofrezcan este servicio, con el fin de elegir la opción más conveniente acorde a las necesidades del cliente.

Para contratar este tipo de seguros, lo más conveniente es consultar con un abogado o un asesor financiero que sea especialista en el área. Éste podrá orientar respecto a la situación financiera del cliente, incluyendo las deudas que tenga, tanto en montos como en tipos. También sabrá decir qué aseguradora y póliza con las más adecuadas para el cliente.

Ventajas y desventajas

La principal desventaja de este tipo de seguros es su alto costo, por lo que no es conveniente para cualquiera adquirirlo. Sin embargo, resulta útil en caso de tener que pagar una hipoteca o se vaya a solicitar préstamos personales que tengan graves consecuencias en caso de impago.

Hay que sacar cuentas antes de buscar contratar este servicio, ya que puede o no ser conveniente según sea el caso. Si, por ejemplo, el pago de la póliza es mucho mayor que lo que cubre, no tiene sentido. Pero puede que la contratación sea lo más adecuado en otros casos. La mejor ventaja es que dan protección para deudas considerables y que el pago de las cuotas esté presente durante varios años.